viernes, 20 de noviembre de 2015

Mamíferos Mexicanos en peligro de extinción

En los últimos años la destrucción masiva de los hábitats naturales ha conllevado a poner en peligro de extinción a un gran número de especies mexicanas.
La SEMARNAT considera como peligro de extinción a aquellas especies cuyas áreas de distribución o tamaño de sus poblaciones en el territorio nacional han disminuido drásticamente poniendo en riesgo su viabilidad biológica en todo su hábitat natural, debido a factores tales como la destrucción o modificación drástica del hábitat, aprovechamiento no sustentable, enfermedades o depredación, entre otros. (Esta categoría coincide parcialmente con las categorías en peligro de crítico y en peligro de extinción de la clasificación de la UICN)1
Desarrollo:
De acuerdo al Instituto Nacional de Ecología, México ocupa el cuarto lugar en biodiversidad a nivel mundial.
Grupo
Especies en el mundo 
Especies en México 
Porcentaje 
4,381
535
12.21
http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/images/anima.jpg
9,271
1,096
11.82
8,238
804
9.76
4,780
361
7.55
27,977
2,692
9.62
15,200
585
3.85
92,909
5,579
6.00
915,350
47,853
5.23
44,920
5,387
11.99
7,000
503
7.19
93,195
4,100
4.40
16,500
1,393
8.44
Rotíferos
1,800
303
16.83
20,000
550
2.75
10,000
318
3.18
5,500
268
4.87
199,350
19,065
9.56
http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/images/plantas.jpg
59,300
4,726
7.97
980
150
15.31
13,025
1,067
8.19
19,900
1,482
7.45
27,000
2,702
10.01
Otros
70,000
7,000
10.00
http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/images/hongos.jpg
    
        
Total de
especies descritas
1,666,576
108,519
Fuente: Llorente-Bousquets, J., y S. Ocegueda. 2008. Estado del conocimiento de la biota, en Capital natural de México, vol. I: Conocimiento actual de la biodiversidad. Conabio, México, pp. 283-322.

Es innegable que una de las principales causas de la extinción de las especies es producida por las acciones del hombre. Es importante recalcar que existen otras causas tales como las causas naturales y los desastres naturales.
Cabe destacar la importancia de dos grupos de mamíferos en peligro de extinción que son importantes debido a las interacciones que tienen con el ser humano: los mamíferos marinos y los grandes carnívoros.
Mamíferos marinos En nuestro país están presentes prácticamente todas las familias de cetáceos, excepto los delfines de río como el del Amazonas, la súper familia Platanistoidea; la beluga y el narval, Monodontidae, y la ballena franca enana, la única de la familia Neobalaenidae. En cuanto a los pinnípedos, de las tres familias sólo falta la de las morsas, Odobenidae. Sin embargo, es interesante notar que la costa occidental de Baja California fue escenario para la evolución de las morsas, pues allí se han encontrado fósiles de estos organismos. En la familia Balanopteride (verdaderas ballenas) la NOM reconoce 7 especies, 6 de las cuales están bajo el régimen de protección especial y una en peligro; 18 miembros de la familia Delphnidae (delfines y orcas); 2 de la familia Keogidae (Cachalotes); 2 de la familia Phocoenidae (marsopas), entre ellas la vaquita marina, y, finalmente, 5 de la familia Zifinidae (ballenas picudas). Prácticamente todas estas familias están bajo protección especial, porque la gran mayoría de las especies de cetáceos usan las aguas mexicanas como lugar de procreación. Casi todas las especies, además, han sufrido cacherías intensivas, en su mayoría fuera de las aguas mexicanas y tienen bajas tasas reproductivas. Estos estatus de protección corresponden frecuentemente a acuerdos internacionales. Un caso especial son los delfines y las marsopas, como la vaquita marina, frecuentemente atrapados en redes de pescadores en las que perecen por asfixia. Los pinípedos (focas y lobos marinos), que habitan sobre todo en las costas de la península de Baja california, ven afectadas sus poblaciones por diferentes causas, como son la destrucción de sus hábitats, pues muchas de las playas se están transformado rápidamente en destinos turísticos, o bien se ven influenciados por éstos, por lo que los animales ya no encuentran en esas playas sitios a salvo para la procreación. La contaminación de los mares y las malas prácticas de pesca también son factores para la desaparición de estas especies.
Dos miembros de la familia Otaridae, el lobo marino de california y la foca de Guadalupe, aparecen en la Norma, el primero bajo protección especial y el segundo, en peligro. La familia Phocidae, del elefante marino (Mirounga angustirostris), aparece como amenazada; la foca común (Phoca vitulina), está bajo protección especial, y la foca monje del Caribe (Monachus tropicales), aparece como extirpada del medio silvestre.

 Los grandes carnívoros México presentan una gama dentro de su mastofauna nativa. Tenemos varios representantes de los carnívoros, los cuales podemos dividir, arbitrariamente, en dos grupos: los pequeños carnívoros, dentro de los que encontramos a los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles, etcétera. Éstos se encuentran en peligro de extinción, principalmente por la destrucción de su hábitat, o bien por la caza directa; sin embargo, en la mayoría de los casos estos animales tienen tasas de reproducción relativamente altas, que les permiten sobrevivir aún en zonas con alta presión humana, en pequeñas áreas naturales. Estos micro-carnívoros consumen en su mayoría insectos, aves, reptiles o algunos mamíferos de menor tamaño. Cuando llegan a tener interacción con el hombre, normalmente es porque consumen huevos, gallinas o pollos, ocasionando pérdidas económicas a los campesinos de escasos recursos económicos, aunque el daño no es importante en términos económicos. El otro grupo de carnívoros importante en México es el de los denominados megacarnívoros o carnívoros de gran tamaño. Estos mega-carnívoros suelen tener mayor cantidad de encuentros con el hombre y su condición de consumidores de carne hace que frecuentemente esas interacciones entren en el plano de los conflictos, ya que actúan en mayor grado con el ganado doméstico y muy escasamente causan la muerte directa de los seres humanos. Estos conflictos se ven incrementados en número e intensidad por la destrucción de los hábitats nativos y por la destrucción consecuente de las presas tradicionales de los mega depredadores, por lo que la caza ilegal (en ocasiones promovida por los gobiernos) ha sido un factor importante para que en la actualidad los grandes carnívoros mexicanos estén en gravísimo peligro de extinción, a pesar de que muchos de ellos deberían ser motivo de orgullo nacional. Felinos De los seis felinos silvestres (Cervantes et al. 2003) que habitan el territorio nacional, el más conocido es el Jaguar (Panthera onca). Esta especie de origen tropical ha sido reconocida como el más poderoso de los depredadores, de ahí que los antiguos pueblos mesoamericanos dieran gran importancia a su presencia (Armella et al, en prensa). Este bello animal se distribuía en todas las zonas tropicales de México. Aunque actualmente se ha encontrado en todo el sureste, principalmente en Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, se le ha localizado en estados del norte como Sinaloa, mientras que en el Golfo se han reportado jaguares casi hasta la frontera con Estados Unidos y es posible que entren en ese país. Como en el caso de muchos otros felinos, no se conoce realmente la situación real del estado de conservación de esta especie, entre otras causas porque, como todos los felinos americanos, es solitario y tiene hábitos nocturnos, además de ser sigiloso por naturaleza. Gracias a esto prácticamente se conocen los ejemplares que interactúan con el hombre, desgraciadamente casi siempre de manera negativa. Si bien el jaguar fue cazado extensivamente por su piel, las fuertes regulaciones tanto nacionales como internacionales, acerca del comercio de pieles, han tenido un impacto positivo en la disminución de la caza furtiva. Sin embargo, la cacería ilegal aún se presenta pretextando la depredación que causan o pueden causar sobre el ganado. El Puma (Felis concolor) es un felino que habita en los bosques del norte del país, de donde es originario, y ha migrado hasta el sur del continente. Siendo la única especie, la falta de hábitat ha hecho que las pequeñas poblaciones que aún existen emigren hacia hábitats más tropicales. Su situación es quizá más desconocida que la del Jaguar. Es la única especie de los felinos que no aparece en la norma oficial bajo ninguna condición de riesgo. Para la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, esta especie es considerada como de “ultima preocupación” (least concern), lo que quiere decir que no se encuentra en grave situación de conservación, debido principalmente a su amplio rango de distribución, aunque es importante hacer un seguimiento de sus poblaciones. De los pequeños félidos el jaguarundi (Herpailurus jaguarundi) es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinción. Es reconocida como amenazada, a pesar de que como especie tiene una distribución que abarca el sur de estados Unidos (Texas, Arizona y Florida) y llega hasta el sur del continente. Por ser de tamaño pequeño su alimentación se restrinje a vertebrados chicos, y debido a sus hábitos de vida al interior de las selvas húmedas, es poca su interacción con el ser humano. Los dos pequeños gatos manchados: el magray (Leopardos weddii) y el ocelote (Leopardus pardalis), están en la característica de en peligro. Estos animales, que no rebasan los 10 kg de peso, viven en las zonas selváticas, desde el sur del país hasta sudamerica. Son perseguidos por sus pieles, aunque, como en el caso del jaguar, este comercio ha disminuido. Al igual que los otros gatos, sus hábitos nocturnos y su hábitat al interior de las selvas hacen muy complicado dar un reporte confiable de la condición de sus poblaciones (Ceballos y Oliva, 2005) El lince o gato montés (Lynx rufus) no aparece en la lista de la Norma ofical Mexicana. Su presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para convertirse en silvestres. De ahí que existan pocos reportes sobre la especie, a pesar de no encontrarse “oficialmente” en peligro. Debido a la disminución de su hábitat natural y la presencia misma de gatos domésticos con los que esta especie puede entrecruzarse, en algún momento puede desaparecer. Osos Otro grupo importante de grandes carnívoros es el de los osos. En México alguna vez habitaron las dos especies de grandes Ursidos Americanos: el Grisli (Ursus arctos) y el Oso Negro (Ursus americanus). El primero aparece en la NOM-059 con el estatus de extirpado del medio natural. En México no se conoce la presencia de esta especie desde los años sesenta del siglo XX (animalesextinción. es). La subespecie que habitaba en nuestro país era el Ursos arctos nelsoni, cuyas descripciones indican que era enorme, pues alcanzaba hasta 1.90 m de alto, parado en dos patas, y más de 300 kg de peso. La principal razón de su desaparición fue la cacería indiscriminada, aunada a su bajo potencial reproductivo. Por ser un carnívoro cazador se le atribuyó la destrucción de ganado en el norte de México. La especie que se mantiene en México es el Oso Negro. También es carnívoro y se sabe que puede cazar y depredar ganado. La mayoría de sus hábitos alimenticios incluyen bayas, frutos y varios vegetales, por lo que es percibido como una amenaza menor para la población humana. En la norma oficial mexicana esta especie figura como “en peligro y en la modificación que se hizo en el 2008, se reconoce a la población que habita en la Sierra del Burro, en Coahuila, como de protección especial. Encontrarse esta especie en el apéndice II del CITES (Convenio Internacional de Comercio de Especies) indica que puede ser objeto de cierto nivel de comercio, ya que en norteamérica existen poblaciones importantes en el medio silvestre, lo que significa que la especie no está en grave peligro a nivel mundial. A pesar de esto la especie está considerada dentro de los programas de protección especial del convenio Canada-Estados Unidos-México para su protección. Recientemente varios indicios permiten suponer que esta especie puede estar presentando un regreso importante (Doan-Crider y Hewitt, 2005), particularmente en el norte del estado de Coahuila, en la llamada Sierrra del Burro. Resulta interesante lo reportado por DoanCrider (2002), en el sentido de que ganaderos privados permiteron la presencia de osos en sus ranchos. Al unir sus tierras crearon una superficie lo suficientemente amplia para que esta especie se reproduzca e, incluso, sirva de apoyo genético a las poblaciones del Parque Big Bend, en Texas. Es por esto que la NOM-059 resalta el valor específico de esta población. Cánidos La familia de los cánidos es la tercera de los grandes depredadores. Cervantes et al. reconocen cuatro especies de esta familia: el coyote (Canis latrans) y la zorra gris (Urocyon cineroargentatus) no están considerados en peligro por la NOM-059-2001. Son especies muy adaptables y esquivas, con altos potenciales reproductivos y omnívoros, por lo que pueden comer prácticamente lo que sea. Dos especies más de la familia cánide sí aparecen en la Norma: la zorra del desierto (Vulpes velox), de la cual se reportan 6 subespecies, todas bajo el criterio de amenazadas. Su distribución reducida, tamaño pequeño y hábitat específico, hacen que esta especie esté en peligro de extinción. El lobo mexicano es el último de los grandes carnívoros que está considerado por la NOM- 059 como extirpado del medio natural. Los últimos ejemplares de que se tenga evidencia científica, fueron capturados a finales de la década de los setenta en Durango y Chihuaha. Desde entonces los escasos reportes de aullidos o avistamientos no han podido ser comprobados. Esta especie, quizá la más carismática de todos los mamíferos, tiene una subespecie prácticamente exclusiva de México: el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), que se encuentra en estado de conservación. Actualmente la SEMARNAT (2009) la tiene como una de las especies prioritarias para la conservación. Tiene un plan piloto para reintroducir un número limitado de ejemplares en el noroeste del país, en las zonas altas de la Sierra Madre Occidental, que permita recrear uno de los ecosistemas de esta zona del país. Como ninguna otra de las especies mencionadas, el lobo mexicano tiene una historia de recuperación que demuestra que el trabajo decidido y en conjunto da resultados . A partir de sólo cinco lobos capturados, más unos cuantos más que se encontraban en un rancho texano y algunos albergados en el zoológico de San Juan de Aragón, se cuenta ahora con más de 300 en zoológicos de México y Estados Unidos. El proyecto tenia el objetivo de reestablecer al menos una población de esta especie en su área original de distribución (Alvarez, et al., 2003). El lobo, como ninguna otra especie de mamífero, fue perseguido, cazado, envenenado y exterminado en México, principalmente por la depredación que causó esta muy adaptable especie sobre el ganado ovino, vacuno y caballar, además de ser la causante, como se le atribuyó, de la diseminación de la rabia entre los perros domésticos (González et al. 2004). Los esfuerzos por su recuperación se vuelven todavía más importantes ante el cambio de actitud para reconocer que su desaparición, como la de cualquier otra especie, es una pérdida irremediable, mientras que los programas para recuperar ésta se hacen necesarios. El ejemplo del lobo mexicano puede ser seguido para otras especies como el oso y el jaguar, que si bien sus poblaciones no se han reducido tanto como las del lobo, sí han visto mermadas las áreas en las que antes era común observarlos.
Conclusiones:
La elección del tema de este trabajo fue hecha en base a que existe una imperiosa necesidad de establecer regulaciones que permitan proteger, conservar y desarrollar las especies en peligro de extinción,  y a que como sociedad debemos presionar a nuestras autoridades para que prioricen la protección de nuestras áreas naturales.
Creo que es importante que el público en general esté informado acerca de toda la biodiversidad que existe en nuestro país y cómo afectamos la misma, ya que de esta manera cada individuo puede ayudar en la conservación de la flora y fauna mexicana.
Algo que podemos hacer como padres y como maestros es educar a los niños y hacerlos consientes de la importancia que tienen nuestras acciones en el planeta.




miércoles, 21 de octubre de 2015

características y retos de un estudiante a distancia

Etapas y evolución de la educación en modalidad abierta y a  distancia
La educación ha sido revolucionada a partir de las TICS debido a la creación de escuelas virtuales en dónde el alumno aprende a su propio ritmo y espacio.
La siguiente línea del tiempo muestra la evolución de la educación a distancia:










En un ambiente virtual el alumno se convierte en un agente activo de su propio aprendizaje.
De acuerdo a Borges y Forés (2006) con el surgimiento de la Enseñanza Colaborativa Basada en Internet, el rol de los estudiantes cambia de ser un alumno tradicional dependiente de las acciones e instrucciones del docente, a ser un alumno con pautas de funcionamiento fundamentadas en la autonomía y la madurez.

  
Características de un estudiante en línea


Retos

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Los retos a los que se enfrenta el estudiante en línea son grandes, pues debe romper con esquemas que se traen de la educación tradicional.
·         El aprendizaje depende primordialmente del alumno.
·         El aprendizaje se debe analizar y procesar en vez de memorizar.
·         El trabajo colaborativo es importante para el aprendizaje.
·         Se debe tener una administración de tiempos eficaz.
·         Se deben aprender y ejecutar las destrezas comunicativas.

·         Identificar  las necesidades de información, las fuentes fidedignas y saber organizar y comunicar dicha información.